viernes, 21 de febrero de 2014

ZONAS EROGENAS

ZONAS EROGENAS 

Las zonas erógenas son todas aquellas partes del cuerpo (con mayor cantidad de terminaciones nerviosas) que al ser tocadas o estimuladas provocan sensaciones de placer y aumentan el deseo. 
Al estimular de forma correcta las zonas erógenas logramos mejorar la calidad en el orgasmo de nuestra pareja, la estimulación no solo se da a través de caricias, también se puede utilizar vibradores, carias orales y cualquier objeto erótico que a ti y a tu pareja les agrade.


Se dividen en dos :


ZONAS EROGENAS PRIMARIAS
Partes del cuerpo con mayor sensibilidad y responden fácilmente a la estimulación


ZONAS EROGENAS SECUNDARIA 
Se caracterizan por ciertas partes de la piel y mucosa que , excitadas  por caricias, tambien activan la excitacion de las zonas  primarias y por lo tanto multiplican  el  placer sexual.

 Hombres 
Mujeres  
Hombres  
Mujeres  
El pene 
La vagina  
ano  
pezones 
El glande 
El clitoris  
 escroto 
pubis  


 pene 
gluteos  

Estrategias para lograr la 
estimulación de las zonas erógenas masculinas :

Cabello y cabeza

Tocar la cabeza, acariciando el cabello y dando un masaje por toda la zona, puede ser muy relajante, ya que esta zona tiene conexiones con varios órganos del cuerpo. Es además una expresión de cariño y cuidado, y si se da con sensualidad e intención amorosa puede ser un excelente preludio a un apasionado encuentro sexual. 

Orejas

Comienza acariciando el pabellón o parte externa, en especial el lóbulo de la oreja que es muy receptivo cuando aún estamos “fríosy deja sólo para los momentos de intensa pasión sexual la estimulación de la abertura del oído con la lengua.

Cuello, nuca y hombros

Los besos suaves y dados con intención sensual en la nuca y el cuello puede ser poderosamente eróticos, ya que tienden a aumentar el deseo en ambos. Procede con caricias y besos lentos y deliberados en la nuca y cuello, haciendo cierta presión, ya que la piel masculina tiende a ser más gruesa que la femenina. También puedes morder la zona de forma suave y pausada. Luego, baja lentamente hasta cubrir también los hombros de besos suaves y húmedos.

Pecho y brazos

El área de los pectorales es una zona importante para la mayoría de los hombres. Acaricia y besa el pecho en toda su extensión con suavidad, firmeza y sensación de admiración. Luego extiende las caricias hacia los hombros y los brazos. La zona interior de los codos es un área sensible, que funciona mejor combinada con caricias en otras zonas erógenas más poderosas como las manos. Algunos hombres, al igual que las mujeres, disfrutan las caricias, besos y suaves mordiscos en sus pezones.

Abdomen

El área ubicada entre el ombligo y el hueso púbico es muy sensible a la estimulación erótica, y anticipa el contacto con los genitales. Prueba a acariciar esta zona, y luego dirígete a otra zona, como la parte interna de los muslos, antes de tocar la zona pélvica. De esta manera, sensibilizarás aún más a tu pareja, prolongando la experiencia de placer.

Espalda

La espalda masculina es otra área para ser admirada y acariciada, independientemente de su contextura. Es un área muy receptiva a un masaje sensual con aceites aromáticos. A ambos lados de la columna vertebral hay zonas muy sensibles que responden al contacto más suave con la punta de los dedos o los labios. La parte baja de la espalda, sobre el hueso sacro, es otra área que puede ser masajeada en toda su extensión con los dedos, o simplemente pasar la palma de las manos o la boca, hasta llegar a los glúteos.

Manos y pies

Las manos y pies son especialmente sensibles al tacto, y están llenos de conexiones con distintas órganos y áreas del cuerpo, según la reflexología. Las manos y pies pueden ser acariciados, masajeados y besados. La palma de las manos y la planta de los pies son muy sensibles, al igual que los dedos. Besar y lamer la palma de la mano puede ser muy provocador. Por otro lado, lamer o succionar el pulgar y el dedo gordo del pié puede ser un acto muy erótico, y simbolizar de alguna manera una penetración, al momento de entrar en contacto con la boca. Esta última caricia es bienvenida cuando el nivel de excitación de tu pareja es alto.

Ingle

La ingle es la zona donde se une el muslo con el tronco del cuerpo. Acariciar esta zona, tan cercana a los genitales puede ser muy estimulante, en especial, si se realiza antes de tocar el pene, generando la expectativa y el deseo de ser tocando allí. Toca las ingles, los muslos y luego el perineo, como un preludio al sexo oral.

Muslos y piernas

Cercanos a las ingles, incorpora también los muslos a las caricias y besos, en especial la zona interior de ellos donde la piel es suave u sensible, y sube lentamente hacia la zona pélvica. Por otro lado, la zona posterior de los muslos y el área detrás de la rodilla la corva son muy sensibles al tacto.

Glúteos

Estos grandes músculos de forma redondeada, pueden ser acariciados en toda su extensión, de manera suave o bastante fuerte. Cuando la excitación haya subido, funcionan los toques más fuertes, como los pellizcos y masajes firmes en la zona, e inclusive una nalgada oportuna puede ser muy excitante y erótica. La zona donde la nalga se une con los muslos es muy sensible también y responde a caricias suaves y estimulantes.

Pene

Está lleno de terminaciones nerviosas que lo convierten en un órgano sumamente sensible a la excitación y estimulación sexual. Existen en el pene algunas zonas capaces de brindar mucho placer, como el glande (punta del pene) y el frenillo, esa zona donde el prepucio se une con el cuerpo del pene por el lado inferior. Por ser un área de alta sensibilidad, lo mejor es acariciar el pene usando lubricación, si se usan las manos, o mediante sexo oral.

Escroto y testículos

El escoto es la piel que contiene los testículos. Ambos son sensibles, en especial los testículos son órganos sumamente delicados y sensibles al tacto, por lo que es necesario tratarlos con dulzura y atención, porque cualquier movimiento distraído o brusco podría causar dolor. En todo caso, son muy receptivos a las caricias suaves con las manos, boca y lengua. También se puede jalar el escroto con delicadeza o acunar los testículos entre las manos. Otra zona sensible queda entre los testículos, en la parte que se encuentra debajo del pene.

Perineo

Es la zona que se encuentra entre el escoto y el ano. Traza pequeños círculos en esta zona o presiona con firmeza hacia adentro de manera rítmica. Al acariciar esta área estás acariciando o masajeando la próstata (popularmente llamada punto G masculino), y también la base del pene, lo que puede ser muy placentero. Sin embargo, para otros hombres la estimulación de la próstata puede resultar desagradable o dolorosa. Por este motivo, pregunta primero a tu pareja si le resulta placentero o no.

Ano

El ano es una zona llena de terminaciones nerviosas, sin embargo, muchos hombres evitan las caricias en esta zona por asuntos de higiene, por temor al dolor o a que sea considerada una conducta homosexual. En este sentido, los sexólogos Masters y Johnson (1987) señalan que entre los hombres gay, hay una gran proporción que nunca ha recibido penetración anal, y que esta práctica suele ser más frecuente en las parejas heterosexuales. La zona anal es muy sensible al placer sexual, ya que estimula la próstata, lo que resulta muy placentero para algunos hombres. Si te das permiso para comenzar a ser acariciado en la zona externa del ano, sin penetración, las sensaciones eróticas pueden aportar mucho a tu experiencia sexual. Para empezar a acariciar el ano, hazlo externamente, con movimientos suaves y estimulantes que partan desde el perineo. Después, si tu pareja lo permite, puedes proceder a realizar la penetración anal por medio de un dedo, juguete sexual o mediante la penetración en la relación sexual.



Estrategias para lograr la 
estimulación de las zonas erógenas Femeninas:

Rostro

Todo el rostro es sensible al tacto, a los besos suaves y húmedos, y a las caricias tiernas y sensuales. Dibuja con tus manos todo el contorno del rostro de la mujer amada, besa sus párpados, acaricia su nariz y mentón. Será un momento inolvidable para ti y para ella.

Cabello

Al igual que en el hombre, la zona del cuero cabelludo es altamente sensible a un suave y acariciante masaje, que relajará y vitalizará a la persona que lo reciba. Un buen preludio para continuar más adelante con caricias un tanto más eróticas.

Boca

Los labios femeninos son poderosos receptores de sensaciones. Desde una caricia muy sutil hasta un beso intenso y apasionado, los labios son capaces de percibir las variaciones en la emoción y la energía que se crea entre la pareja. Según los conocimientos tántricos, besar el labio superior de la mujer es clave, ya que esta zona tiene una conexión directa con la zona genital, y por ello, despierta la excitación sexual de manera sutil y efectiva. Por otro lado, la parte interna de la boca y la lengua también es un área que merece ser explorada a través de distintos tipos de besos.
Cuello

El cuello es una clásica zona erógena en las mujeres, quienes son sumamente sensibles a caricias con las manos y besos en esta área. Si te sientes más apasionado, puedes intentar succionar suavemente el cuello, ya que esto despierta sensaciones eróticas muy profundas en algunas mujeres. Para ello, inspírate en la fascinación sensual que genera un atractivo y sufrido vampiro en muchas féminas.


Senos
No sería desacertado decir que los senos significan para la mujer, lo que el pene para un hombre. Son el distintivo externo y visible de su feminidad. Son además, órganos muy sensibles, polos electromagnéticos que irradian energía, afecto y sensualidad. Acariciar los senos activa la energía sensual y sexual de la mujer, y permite que el orgasmo ocurra de manera más fluida. Comienza acariciando los senos con amor, ternura y delicadeza, sintiendo su textura y tibieza, y disfrutando de su cercanía. La zona lateral que corre junto a los senos, desde las axilas y hacia abajo por las costillas, es también altamente sensible a caricias sensuales. Los pezones pueden ser tocados, acariciados, lamidos y succionados con distintos grados de intensidad, dependiendo del gusto de tu pareja. Deja para los momentos de intensa pasión sexual los toques fuertes en los pezones, ya que en ese momento son capaces de resistir muy bien caricias más rudas.

Cintura, caderas y abdomen

Toma entre tus brazos su cintura, luego desliza tus manos lentamente hacia sus caderas sintiendo y dibujando cada una de sus curvas. Ella podrá percibir lo que tú estás sintiendo durante ese movimiento. Besa su ombligo y traza pequeños círculos alrededor, dejando para los momentos de más pasión el introducir tu lengua en él. Acaricia con manos y lengua su vientre, sin llegar a tocar sus genitales aún.

Glúteos

Suaves y redondeados, firmes o caídos, los glúteos femeninos también ejercen fascinación entre los hombres. Y los de ellos entre nosotras. Son una importante zona erógena capaz de recibir por igual caricias suaves e intensas. Una traviesa nalgada o un pellizco suave puede ser muy sexy, si es dada en el momento y lugar oportunos. Recuerda acariciar con sensualidad la sensible zona baja de los glúteos, donde se une con los muslos, muy a menudo olvidada por otras zonas más convexas.

Piernas y muslos

Las piernas y muslos en toda su extensión de extremidades eróticas, un camino que lleva a los placeres de la intimidad femenina. Recorre las piernas con caricias y besos suaves. Los tobillos, pantorrillas, zona detrás de las rodillas (corvas) y área interna de los muslos son altamente sensibles. Tómate tu tiempo con las piernas y no corras todavía hacia los genitales, tu pareja lo disfrutará a plenitud.

Pies

Los pies merecen también toda tu atención. Comienza por acariciarlos, besarlos y masajearlos por el lado superior y luego por el inferior. Acaricia los dedos, apreciando sus diferencias y formas, mientras este masaje estimula a tu pareja. Al final chupa sus dedos, en especial el dedo gordo, en un acto de erotismo más apasionado, mientras la miras a los ojos con deleite.

Labios de la vulva

Los genitales externos de la mujer, sus labios mayores y menores, están repletos de terminaciones nerviosas que al ser estimuladas llenan de excitación sexual esa zona. Acaricia con tus manos y descubre áreas inexploradas entre los pliegues propios de cada mujer, tan distintos en unas y otras como las huellas digitales. Besa y acaricia con tu boca y lengua cada región y espacio, disfrutando del olor y sabor de tu pareja.

Clítoris

El clítoris es un órgano cuya única finalidad es el placer, y es capaz por sí mismo de generar el orgasmo en la mujer. Lleno de múltiples terminaciones nerviosas, es muy receptivo a un contacto suave o más intenso con las yemas de los dedos, y también a un húmedo y sensual contacto con la lengua. Puedes trazar círculos y otros movimientos sobre el clítoris sin replegar el capuchón que lo recubre, ya que descubrir por completo el clítoris puede generar sensaciones desagradables o dolor en algunas mujeres. Mientras acaricias el clítoris de tu pareja, vayan comunicándose de manera verbal o no verbal para saber qué es lo que ella necesita y le agrada.

Vagina

La vagina también es un órgano sensible, aunque en muchas mujeres la sensibilidad vaginal pudiera está algo “adormecida”, probablemente porque se centran más en las sensaciones que les aporta su clítoris. Sin embargo, la investigación realizada por Barry Komisurak y su equipo de trabajo, mostró que tanto la vagina como el clítoris cuando son estimulados sexualmente generan efectos en las zonas de placer del cerebro, cada uno en una región distinta. Por ello, acariciar la vagina es importante, ya que su estimulación también conduce al orgasmo. 

Para acariciar la vagina, utiliza tus dedos (limpios y con las uñas cortas para evitar contaminar con alguna infección esta delicada zona), un juguete sexual o, mejor aún, el pene. Es posible ir sensibilizando la vagina y a la vez, despertar nuevas sensaciones en ella durante la relación sexual y mediante la utilización de distintas posiciones y ángulos de penetración. Muchas de estas sensaciones pueden ser nuevas y desconocidas, inclusive para una mujer con años de vida sexual, tal es la magia de la sexualidad.

Ano

El ano es una zona sensible a la estimulación sensual en mujeres y hombres, porque está lleno de terminaciones nerviosas. Para la mujer puede convertirse en otra zona importante para su placer si decide integrar esta práctica a su vida sexual. Sin embargo, para hacerlo deberá sentirse cómoda, conocer algunos aspectos básicos del sexo anal y despejar prejuicios. Recuerda que en la sexualidad todo puede estar permitido si se hace atendiendo las prácticas para un sexo seguro, y respetando los deseos y la zona de comodidad de la pareja. Si ambos están de acuerdo, comienza por estimular el ano con tus dedos durante el juego o la relación sexual. Tan sólo esta caricia puede despertar una poderosa y sublime excitación en la mujer. Y si ella te lo permite, introduce suavemente un dedo a continuación. Deja para otra oportunidad la penetración anal si ella se sintiera preparada  la que deberás realizar de manera suave y pausada, utilizando lubricación y protegiendo el pene con un condón de látex.







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