Perversión sexual
La perversión sexual se
define como la tendencia erótica que impulsa al individuo a satisfacer sus deseos
sexuales prescindiendo del objeto normal o de los procedimientos naturales.
Los psicoanalistas sostienen
que esa tendencia es de neo formación, es decir que viene desde el nacimiento.
En la mayoría de las perversiones sexuales se encuentra el verdadero origen en
una impresión que el niño recibió, esta impresión llego a marcar de tal forma
que se pudo convertir en obsesión, manía y eje de toda su vida sexual, de esta
forma todas las emociones sexuales o de otra naturaleza que el niño
experimente dejan en su ser inconsciente
un residuo que se manifiesta en el momento preciso de surgir el deseo sexual.
Un ejemplo de ello pueden
ser los fetichistas en el cual el recuerdo de una prenda íntima de vestir de la
madre, hermana o de cualquier otra mujer a quien el niño haya amado creando un
fuerte vinculo, será suficiente para provocar en él una fuerte emoción sexual.
Así, pues no puede prescindirse
de la atmosfera afectiva infantil ni tampoco de la convección de que el niño,
tiene un instinto sexual que tiende a desarrollarse normalmente si el ambiente
es propicio y a pervertirse si le es hostil.
Hasta cierto punto las
perversiones sexuales son inconscientes, instintivas e irreprimibles, teniendo
en cuenta las circunstancias que determinan la conducta, se pudiera decir que
son “normales” puesto que obedecen a los
impulsos lógicos de su mentalidad.
Se han hecho dos
clasificaciones de las perversiones sexuales, la primera de ellas son las
perversiones de fin, son todas aquellas modalidades de la psicosexualidad
caracterizadas por el anhelo de encontrar un fin anormal de satisfacción del
acto sexual norma, su mentalidad está influenciada por la percepción visual
activa o pasiva por ejemplo el
exhibicionismo. La segunda son las
perversiones de objeto, se caracterizan por la atracción erótica que sobre el
individuo ejerce los seres y los objetos que normalmente no son excitantes del
impulso o deseo sexual, por ejemplo los animales, estatuas, prendas de vestir
etc.
Las perversiones del impulso
sexual son hasta cierto punto una consecuencia
normal del instinto pero es preciso establecer
la diferencia entre las perversiones “normales" de aquellas otras que no lo son, por ejemplo,
el Masoquismo donde la excitación sexual se
obtiene a través del sufrimiento físico de una manera preferente o exclusiva. Los métodos suelen ser la humillación, ser atado, atormentado o
golpeado, en el se considera una conducta "normal" cuando el sujeto
busca experimentar estímulos dolorosos o sometidos y vejaciones e incluso el
aislamiento sin dejar de disfrutar o responder a otras expresiones de la
sexualidad.
Una conducta
anormal de la perversión sexual en el masoquismo seria en cuanto al grado que
pueda esta expresión molestar o incomodar a quien la presenta y el sujeto solo
responde como estimulo sexual afectivo a este tipo de actividades.
Podemos concluir que las perversiones
sexuales las encontramos en todas partes del mundo, desde la ciudad más culta
hasta la aldea más salvaje y no salo ahora,
sino en todos los tiempos por remotos que sean, las personas pueden hacer lo
que deseen siempre y cuando no dañen a terceros y los que participen lo hagan voluntariamente y
con conocimiento de las consecuencias de sus actos.
BIBLIOGRAFÍA
Juan L. Álvarez, Sexoterapia Integral, Manual Moderno, 2007, México, Pg.34-48
Martin de Lucenay, Las Perversiones Sexuales, Fénix, 1988, Madrid, Pg.13-18
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