viernes, 17 de enero de 2014

Perversión sexual

La perversión sexual se define como la tendencia erótica que impulsa al individuo a satisfacer sus deseos sexuales prescindiendo del objeto normal o de los procedimientos naturales.

Los psicoanalistas sostienen que esa tendencia es de neo formación, es decir que viene desde el nacimiento. En la mayoría de las perversiones sexuales se encuentra el verdadero origen en una impresión que el niño recibió, esta impresión llego a marcar de tal forma que se pudo convertir en obsesión, manía y eje de toda su vida sexual, de esta forma todas las emociones sexuales o de otra naturaleza que el niño experimente  dejan en su ser inconsciente un residuo que se manifiesta en el momento preciso de surgir el deseo sexual.
Un ejemplo de ello pueden ser los fetichistas en el cual el recuerdo de una prenda íntima de vestir de la madre, hermana o de cualquier otra mujer a quien el niño haya amado creando un fuerte vinculo, será suficiente para provocar en él una fuerte emoción sexual.

Así, pues no puede prescindirse de la atmosfera afectiva infantil ni tampoco de la convección de que el niño, tiene un instinto sexual que tiende a desarrollarse normalmente si el ambiente es propicio y a pervertirse si le es hostil.

Hasta cierto punto las perversiones sexuales son inconscientes, instintivas e irreprimibles, teniendo en cuenta las circunstancias que determinan la conducta, se pudiera decir que son “normales”  puesto que obedecen a los impulsos lógicos de su mentalidad.

Se han hecho dos clasificaciones de las perversiones sexuales, la primera de ellas son las perversiones de fin, son todas aquellas modalidades de la psicosexualidad caracterizadas por el anhelo de encontrar un fin anormal de satisfacción del acto sexual norma, su mentalidad está influenciada por la percepción visual activa o pasiva por ejemplo  el exhibicionismo.  La segunda son las perversiones de objeto, se caracterizan por la atracción erótica que sobre el individuo ejerce los seres y los objetos que normalmente no son excitantes del impulso o deseo sexual, por ejemplo los animales, estatuas, prendas de vestir etc.

Las perversiones del impulso sexual son hasta cierto punto  una consecuencia normal del instinto pero es preciso establecer la diferencia entre las perversiones “normales"  de aquellas otras que no lo son, por ejemplo, el Masoquismo donde  la  excitación sexual se obtiene a través del sufrimiento físico de una manera preferente o exclusiva.  Los métodos suelen ser la humillación, ser atado, atormentado o golpeado, en el se considera una conducta "normal" cuando el sujeto busca experimentar estímulos dolorosos o sometidos y vejaciones e incluso el aislamiento sin dejar de disfrutar o responder a otras expresiones de la sexualidad. 

Una conducta anormal de la perversión sexual en el masoquismo seria en cuanto al grado que pueda esta expresión molestar o incomodar a quien la presenta y el sujeto solo responde como estimulo sexual afectivo a este tipo de actividades.

Podemos concluir que las perversiones sexuales las encontramos en todas partes del mundo, desde la ciudad más culta hasta la aldea más salvaje  y no salo ahora, sino en todos los tiempos por remotos que sean, las personas pueden hacer lo que deseen siempre y cuando no dañen a terceros y  los que participen lo hagan voluntariamente y con conocimiento de las consecuencias de sus actos.



BIBLIOGRAFÍA

Juan L. Álvarez, Sexoterapia Integral, Manual Moderno, 2007, México, Pg.34-48
Martin de Lucenay, Las Perversiones Sexuales, Fénix, 1988, Madrid, Pg.13-18

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